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NUESTRAS INSTALACIONES
LOS ABUELOS
Subiendo un medio piso al lado de La Biblioteca queda la habitación
Los Abuelos que, como cada rincón de Café La Huerta, tiene también su
historia.
Recién llegado Richard a Bogotá descubrió y le atrapó el vecino pueblo
Usaquén. Antes de la era del automóvil, el norte de Bogotá llegaba
hasta la carrera Séptima con la calle 72. Las prestantes familias
capitalinas solían viajar en coches tirados por caballos a descansar
en sus haciendas en las cercanías de Bogotá. De las cinco haciendas en
los alrededores de Usaquén, la de doña Eugenia viuda de Uribe, ocupaba
el suroriente del pueblo. Ella le facilitaba matas para el jardín de
Richard, quien vivía en la casa vecina. Cuando le tocó a doña Eugenia
ceder su heredad a un urbanizador por impuestos prediales impagables,
le permitió a Richard la escogencia del amoblado porque los muebles
antiguos eran demasiado altos para que cupieran en una vivienda
moderna. Richard construyó la habitación Abuelos con el cielo raso
alto para acomodar los muebles antiguos de la habitación de doña
Eugenia. Elaborados por ebanistas de antaño en una anónima,
ahora-extinta variante de caoba con incrustaciones de arce francés, el
amoblado de Abuelos es el ejemplar más señorial de todas las
habitaciones de la posada.
Tiene vista hacia el Río Siecha, chimenea, cama queen, mesa de
desayuno, Direct TV HD y baño con tina. Es otra de las más bellas y
cómodas. Capacidad máxima para dos personas.